jueves, febrero 18, 2010

Ese muchacho es cambiante y un poco mentiroso, y te dice el verso porque sabe que vas a creérselo, que tenés necesidad de creerte el verso para poder mirar hacia delante sin pensar en un tren cruzándote el aliento.
He decidido, con esa seguridad que solamente tienen los niños y los locos, que seguiré tus pasos. No importa que me mientas un poco, que me digas el verso, que te escondas detrás de una columna cuando no tengas ganas de estar conmigo, así paso de largo y no te lloro encima del hombro.
No importa que tu tiempo sea una bolsa con retacitos, y que me lo des avaramente, de a poquito, mientras mi tiempo es un ovillo interminable que podés deshacer y enredar y usarlo todo para la magia o para la rutina.
Hombre alocado, hombre de presente sin más tiempo de verbo: yo te quiero.
Y este porfiado amor sin mesura, sin tino, con caminos que pueden seguirte hacia los cuatro puntos cardinales, no tiene cláusulas ni te propone nada: es agua si tu sed lo necesita, es sed del agua cuando estás cansado. Es dos manos tendidas para recibirte y contenerte cuando venís a mí, y dos manos tendidas para dejarte ir cuando el 'adiós' se te ocurre de repente.
Este porfiado amor porque no pide y da, es invencible.

Poldy Bird

No hay comentarios.:

Publicar un comentario